miércoles, 2 de junio de 2010

El gato negro y otros cuentos de horror


El gato negro.
Se trata de un hombre borracho y loco, que pega a su mujer y esta tiene un gato negro en la casa para que la acompañe. El hombre odia al gato, y un día le saca un ojo y finalmente otro día peor ahorca al animal con un lazo. Dice que le tiene miedo y odio al gato porque cree que es una bruja reencarnada... El remordimiento no lo deja y una noche recoge un gato negro de la calle y se lo lleva a su casa, la esposa se encariña con él y el hombre le coge miedo porque el gato tiene una mancha blanca en el pecho que poco a poco cambia de forma y simula una horca... y tanto es, que el hombre hace lo único bueno de la historia, se suicida.

El caso de Mr. Valdemar.
El cuento trata sobre un experimento que realizan a Mr. Valdemar y los resultados que se obtienen. Ese experimento se trata de intentar prolongar la vida de un paciente moribundo, Mr Valdemar, mediante la hipnosis. Con esto se consigue prolongar la vida del paciente hasta casi siete meses. Por influencia de la hipnosis, Mr Valdemar comienza a hacer unos movimientos extraños. Cuando le despiertan de la hipnosis, Mr Valdemar se convierte en una masa putrefacta y se desintegra.


El barril amontillado.
Fortunato presume de ser un experto sobre vinos, cosa que le llevará a la muerte. El día de carnaval Montresor le dice a Fortunato que ha comprado un barril de vino amontillado y le pide si puede asegurarle que ha hecho una buena compra. Los dos inmediatamente se van a la casa de Montresor donde se encuentra el famoso vino. Los protagonistas se meten en las bodegas de la mansión en búsqueda del vino, Fortunato se encuentra un poco extrañado, pero sus ansias por probar el vino le engañan. Cuando llegan al final Montresor dice a su compañero que baje a una vieja cripta donde se encuentra el amontillado, en vez de encontrarse el vino, Fortunato se encuentra con unas cadenas a las que es atado. Montresor sin ninguna compasión lo deja encadenado y tapa la cripta con piedras. Al final la venganza se lleva a cabo.

La máscara de la muerte roja.
Hace muchos años un noble príncipe llamado Próspero, vio como su pueblo moría, pero no de muerte natural sino por una enfermedad, la peste, decidió encerrarse en su castillo y hacer una fiesta con la gente noble y sana de su reino, allí vivirían, comerían, crecerían, morirían, y con todo tipo de lujos.
Una vez que empezó la fiesta el príncipe pudo ver como cada sala tenia un ambiente distinto, cada uno más bonito y alegre, se paseo por todos sus salones y pudo observar los trajes maravillosos que llevaban sus invitados, todos eran bonitos y espectaculares, hasta que en uno de los salones se cruzo con un espectro que primero que le encontró repulsivo, encendido de rabia y dio mando quitar la careta al bufón, pero empezó a dar vueltas por la sala, matando así a toda la gente a la que tocaba, el era la enfermedad por la cual moría el pueblo del príncipe Próspero, y cayeron todos muertos.

Hop-Frog.
Hop-Frog es bufón enano y deforme, por eso es el preferido del rey, el rey es un gran bromista que aprovecha la mas mínima ocasión para poder reírse a costa de la gente junto sus siete ministros. Un día el rey decide hacer un baile de máscaras y como no tienen ninguna idea para el disfraz piden consejo a Hop-Frog y Trippeta (una bailarina que también es enana y muy amiga de Hop-Frog), después de hacer la pesada broma al bufón. Hop-Frog le cuenta al rey que pueden hacer un juego típico de su tierra que consiste en disfrazarse de orangutanes, así asustaran a todos los invitados. La idea le encanto tanto al rey como a los siete ministros. El disfraz estaba echo de brea y estopa que son materiales muy inflamables, por último el bufón encadenó entre si a los orangutanes. Cuando llegó la hora de poner en marcha le escena, los orangutanes asustaron como estaba previsto a todos los invitados, pero engañados por Hop-Frog fueron atados a una cadena y alzados delante del desconcertado público asustado, que no supo quienes eran los animales hasta que el bufón se enreda hasta arriba y sorprendiendo a todos los allí presentes quema a los orangutanes, desvelando su identidad. Hop-Frog y Trippeta que fue su cómplice escapan.

El pozo y el péndulo.
El protagonista sufre el juicio de los monjes, que lo dejan encerrado en una sala oscura y con un pozo en medio. Es alimentado a base de pan y agua, y en los primeros momentos el protagonista sufre una agonía y una incertidumbre tremenda, por no saber ni donde ni como se encontraba. De pronto se duerme a causa del cansancio, y al despertar ve como la sala tiene un extraño brillo que le permite ver con dificultad. Ve que en medio de la sala hay un pozo. Otra vez se vuelve a dormir, esta vez por alguna droga que le han puesto en el agua. Y al despertar se encuentra atado y tumbado, con un péndulo afilado que se encuentra encima de él que poco a poco baja para cortarle en dos. Después de mucho intentándolo el protagonista consigue soltarse con la ayuda de las ratas hambrientas, pero el sufrimiento no acaba aquí, cuando consigue desatarse las paredes de la sala empiezan a calentarse y poco a poco a estrecharse hacia el centro donde se encuentra el pozo. Cuando el torturado está cayendo por el pozo, el general Lasalle le coge impidiendo su muerte. A causa de que el ejercito francés acaba de entrar en Toledo y acabado con la Inquisición

El corazón delator.
Un hombre que está loco, quiere matar a un anciano sólo por tener un ojo velado y de color azul, que le da miedo. Durante toda una semana fue por las noches a casa del viejo para observar con un pequeño rayo de luz producido por una linterna el ojo, pero siempre estaba cerrado. A la octava noche el anciano se despertó a causa de un ruido, sabía que había alguien presente en la habitación, pero después de estar un rato sentado en la cama volvió a tumbarse para intentar dormir, cosa que le impidió el miedo que estaba pasando. El protagonista todavía seguía allí esperando, y cuando encendió el rayo de luz para ver el ojo, observo que estaba abierto. De repente empezó a oír los latidos del corazón del viejo, y poco a poco más fuertes, hasta que él mismo pensó que los vecinos oirían los latidos. Así que encendió la linterna y mató al anciano. A continuación despedazó el cadáver a trozos y lo puso bajo las tablas del suelo. A las 4 de la misma noche vino la policía avisada por un vecino que había oído un grito, los tres agentes comprobaron que todo estaba en orden, e incluso se quedaron a charlar con el asesino por gentileza suya, pero este empezó a oír un zumbido parecido al anterior que cada vez aumentaba mas, hasta el extremo que pensaba que los agentes lo oían y se estaban burlando de él. Entonces el protagonista levantó las tablas y se delató.